La Propiedad Industrial: reflexiones en torno a una necesidad en el contexto cubano actual (página 2)
Aún siendo un capitalismo
subordinado (neocolonial) la economía cubana logró cierto
reacomodo a la dinámica jurídica del mercado
internacional (recordemos que Cuba,
aún siendo neocolonia de Estados Unidos
mantenía comercio con
lo que hoy podemos llamar mercado mundial).
A pesar de la frustración burguesa cubana (con el
autenticismo y la ortodoxia de impotente en un camino nacional
autónomo como México,
Brasil o
Argentina, la Constitución del 40 es en términos
económicos jurídicos un adelanto respecto a sus
homólogas latinoamericanas. Sin embargo, solo la Revolución
lograría encaminar un proyecto nacional
de crecimiento
económico estable.
El proceso
revolucionario implicó transformaciones radicales en el
campo económico–jurídico. El problema de la
industria
estaba entre los seis puntos del Moncada y fue sin dudas una de
las estrategias
priorizadas.
Sin embargo, la asimilación del sistema
Socialista como eje fundamental en la construcción de la sociedad
implicó una ruptura con los sistemas
jurídicos capitalistas que estipulaban la propiedad
industrial.
La economía cubana, principalmente a partir de
1976,encaminó su destino en torno a los
presupuestos
de los teóricos y jurídicos del campo socialista,
donde el concepto de
industria, su propiedad y forma, por ejemplo la Escuela de
Chicago en EE.UU.
A nivel de actores económicos de la Revolución
Cubana, el concepto de propiedad industrial sufrió una
contracción negativa, los lazos de dependencia con el
campo socialista y la implantación de una
concepción económica ortodoxa en la teoría
produjo un desconocimiento de la importancia de la
conservación y protección de la propiedad
industrial ante un mercado evolucionista e inescrupuloso.
La crisis
económica –social que generó la caída
del campo socialista y luego el llamado periodo especial
obligó a los juristas y economistas cubanos a replantearse
el problema de la propiedad industrial.
Contexto actual y
demanda de al Propiedad Industrial
Pese a los tristes argumentos de la cubanología la
Revolución Cubana logró mantenerse sobre
sólidas bases económicas y sociales.
Ante todos, un reto supremo: salvar las conquistas de la
Revolución y reorientar la economía cubana al
mercado mundial sin asimilar el neoliberalismo.
Tarea compleja que implicó una reestructuración
de nuestros códigos económicos y jurídicos
manteniendo una base común: el sistema social.
Las medidas económicas lograron marcar, salvar y
enrumbar la economía cubana. La apertura a un sistema
viable, pero propio, implicó la búsqueda de
alternativas únicas.
La economía cubana se vio ante la necesidad de jugar en
el mercado mundial, neoliberal y globatizante, desde una
perspectiva propia, única y socialista.
Adaptarse y funcionar eficientemente: el
camino
Es notable reflexionar que los años de
construcción del socialismo con
una base sujeta al mundo Europeo creó un desconocimiento
de los mecanismos de acción
del capitalismo actual; tanto en los empresarios cubanos como en
la población.
La necesidad de insertarse en el mercado mundial y más
la imperiosa necesidad de buscar soluciones a
problemas
propios de la dinámica industrial, sumados a la naciente
producción de una industria artesanal
privada implicó el manejo de legislaciones internacionales
sobre la propiedad industrial.
Tanto, en el ámbito de conciencia masiva
en el sector privado como en los empresarios cubanos existe una
incultura respecto a los resortes internos de la propiedad
industrial.
Esto tiene un basamento histórico en lo antes
planteado; pero también en la escasa divulgación de
estos temas en el entorno económico.
Por citar algunos ejemplos podemos mencionar la escasez, casi
nula de estos temas en el curriculum de
carreras priorizadas como Economía, Ingeniería
Industrial o Derecho, esta última recientemente
incorporó este tema como asignatura de la
especialidad.
Los creadores tanto en inventiva, como en cualquier rama
carecen de información suficiente.
La ausencia de competitividad
y el mantenimiento
de una ética
responsable en el mercado interno hace pensar a muchos en la poca
importancia de conservar sus creaciones.
Sin embargo, la inserción de Cuba en el mercado cada
vez más competitivo y complejo implica la
información y concienciación de empresarios cubanos
en estos temas.
Por citar algunos logros en este sentido podemos
reseñar el impacto de las oficinas regionales para la
Propiedad Industrial.
La provincia de Holguín presenta, en su base
económica, un considerable índice de
industrialización y empresas de
servicios,
así como un sector turístico considerados entre los
más grandes del país. De igual modo, esta provincia
es una de las plazas culturales con más desarrollo en
las últimas décadas, tanto en los espacios de
creación artístico – literaria como en el
mundo académico.
Este factor, le confiere al tema de la propiedad industrial e
intelectual un impacto significativo en la gestión
de estos sectores y por tanto un protagonismo en el desarrollo
del territorio.
El CIGET en esta provincia posee una oficina de la
OCPI, con un trabajo
sostenido, al cual se le suman los servicios de CENDA. Este
sistema brinda una serie de beneficios, como son:
Las estructuras provinciales, implican un radio de
acción mas concreto, por cercanías a las
empresas, instituciones y otros, lo que permite un nivel de
comunicación mas efectivo y al mismo tiempo los
registradores poseen un conocimiento de causa de los
registros.El servicio de la oficina se extiende a toda una labor de
promoción y divulgación de sus ofertas a
través de conferencias, charlas y otros medios, lo que
socializa el trabajo y los resultados.Se logra mas sistematicidad en los registros, pues la
oficina tiene un determinado control de los posibles trabajos
a registrar, con un trabajo previo de asesoría y
ayuda, evitándole a las instituciones gastos
adicionales en viajes y consultas en la capital.
De igual modo, esta oficina presta importantes servicios como
son:
Dado el creciente numero de de creaciones en diversos
campos, precisamente por las potencialidades que ha mostrado
el territorio, los registros en CENDA han superado los
realizados por la misma OCPI. Por resolución la
oficina nacional de CENDA decidió nombrara la
directora del CIGET como sus representante en la provincia.
Este nuevo servicio, ha tendió una gran acogida y
demanda, principalmente en los sectores culturales y
académicos.La provincia de Holguin, como explicamos, ha incrementado
considerablemente sus potencialidades científicas, con
la creación y desarrollo de instituciones
universitarias y centros de estudios. El amplio número
de tesis de pregrado, y maestrías o doctorados,
así como resultados de proyectos se suman a las
creaciones artísticas literarias, cuyo espectro se ha
duplicado con los festivales y eventos nacionales en la
provincia. La oficina logra con su servicio, no solo
agilidad
Conclusiones
La propiedad industrial en Cuba se encuentra articulada a
partir de intereses propios y de la legislación de
la
Organización Mundial de la Propiedad Industrial
OMPI.
Sin embargo, no existe en el ámbito de conciencia
masiva y de los empresarios cubanos un conocimiento
cabal de su importancia.
Las características de supervivencia de la
economía cubana ante un mercado hostil y globalizante,
sumado al gran número de inversiones
que generó el periodo especial imponen una estrategia de
conservación de nuestra propiedad industrial.
La Oficina Cubana de la Propiedad Industrial está
llamada a crear en cada región una estrategia de
concienciación de la importancia de conservar y proteger
nuestras invenciones para lograr mayor eficiencia en el
desarrollo
económico.
Bibliografía
Costa, Joan. (2003). CREACIÓN DE LA IMAGEN
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Palabra. Agosto-Septiembre. México.Costa, Joan (1995): COMUNICACIÓN CORPORATIVA Y
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LA CULTURA?, Organizational DynamicsVan Riel, Cees (1997): COMUNICACIÓN CORPORATIVA.
Madrid: Prentice Hall.
Autor:
Lic. Vidal Francisco González Durán
Lic. Ana Didian González Alberteris
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